La vieja guardia del tenis resiste y la nueva generación sigue en espera
La vieja guardia del tenis resiste y la nueva generación sigue en espera
N UEVA YORK.- Roger Federer, campeón en Australia. Rafael Nadal, en Roland Garros. Novak Djokovic, en Wimbledon. En este Abierto de los Estados Unidos podrían celebrar el español o el serbio; posiblemente Juan Martín del Potro, vencedor hace nueve años; quizá sea la hora del japonés Kei Nishikori, que a los 28 años busca su primera corona grande después de la final perdida aquí en 2014 ante Marin Cilic. En todo caso, cualquiera sea el ganador, el último Grand Slam de la temporada deja una certeza: la renovación se hace esperar. La vieja guardia continúa su ciclo exitoso, a despecho del tiempo, de los problemas físicos. A la próxima generación del tenis mundial parece que aún no le ha llegado la hora de tomar el testigo.
Aquel Wimbledon 2003, con la consagración de Roger Federer, marcó el arranque de una era singular en el tenis moderno. Fue el primero de los 20 títulos de Grand Slam del Maestro suizo. Nadal siguió sus pasos: 17 grandes. Luego se sumó Djokovic, con sus 13. Entre los tres, ganaron 50 de los últimos 61 máximos torneos. Un dominio casi hegemónico que impresiona y abruma a lo largo de 15 años! El resto se repartieron entre Andy Murray y Stan Wawrinka (3 cada uno), Del Potro, el croata Cilic y los ya retirados Andy Roddick, Gastón Gaudio y Marat Safin.
A la denominada Next Gen (Próxima Generación) le cuesta asimilar el peso de los Grand Slams, los torneos en los que todo se decide. Alexander Zverev, el referente del tenis joven con sus 21 años, suma 3 títulos de Masters 1000, una cifra que enciende una enorme expectativa, aunque recién en el último Roland Garros llegó a cuartos de final, donde sucumbió ante Dominic Thiem. Más atrás asoman otros nombres nuevos: Stefanos Tsitsipas, Borna Coric (el único que alcanzó los octavos de final en este US Open), Hyeon Chung, Karen Khachanov, Denis Shapovalov, Daniil Medvedev, Andrey Rublev, Nicolás Jarry, Frances Tiafoe y Alex de Miñaur, entre otros. La gran mayoría ha exhibido un tenis atractivo, buena actitud y calidad, aunque necesitarán un salto mayor dentro de un circuito muy exigente, con muchos jugadores que encuentran la plenitud cerca de las tres décadas.
El futuro les pertenece y llegará tarde o temprano, pero el presente los encuentra fuera de las grandes finales, dominadas por leyendas que no tienen la menor intención de resignar su porción de gloria. Las sombras de Nadal, Federer y Djokovic son, todavía, demasiado largas.
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