Neuschwanstein, un castillo de locos en Baviera
Neuschwanstein, un castillo de locos en Baviera
Por Samantha Michelle Guzmán para El Universal/GDA
Aunque de aspecto fantástico y medieval, este castillo fue construido en el siglo XIX por encargo del rey Luis II de Baviera. Diseñadores de escenografía, arquitectos y artesanos trabajaron en sus espectaculares interiores: los murales que decoran las paredes se basaron en óperas del compositor Richard Wagner, como Tristán e Isolda y Parsifal. A su vez, esas obras se inspiraron en diversas leyendas de la Edad Media. El monarca esperaba que su palacio de cuento de hadas quedara listo en tres años; se mudó 15 años después y, aun así, la obra nunca se completó.
DÓNDE QUEDA. Está en Alemania, en los Alpes Bávaros, aproximadamente tres kilómetros al sur del pueblo de Schwangau y a cuatro de Füssen. En la región se practican deportes como el esquí de fondo y parapente.
SU PROPIA CUEVA. En 1880, dentro del castillo se construyó una gruta artificial, en el espacio antes ocupado por un gabinete. Tiene el tamaño aproximado de una habitación. Hay estalactitas, iluminación y hasta una cascada.
EL REY DE CUENTO DE HADAS. Así es apodado Luis II de Baviera, gran amigo y mecenas del compositor Richard Wagner. Ascendió al trono en 1866, a los 18 años, pero dos años después, Prusia conquistó Austria y Baviera, por lo que Luis II quedó relegado a encabezar una monarquía constitucional. Para consolarse y evadirse de la realidad, mandó construir un reino de fantasía con tres castillos (entre ellos el Neuschwanstein) que evocaban el estilo arquitectónico de la Edad Media y a otros tiempos del absolutismo. En 1886, el gobierno lo declaró mentalmente insano y, un día después de ser recluido en el cercano Castillo de Berg, lo hallaron muerto en un lago.
LOS RECORRIDOS. Solo se permite visitar Neuschwanstein en un tour guiado. El recorrido pasa por el tercer y cuarto piso del palacio, donde se encuentran los espacios más emblemáticos, como la Sala del Trono y la habitación del rey. Los cuartos del segundo piso nunca se terminaron. Ahora albergan una cafetería y una sala de proyecciones, donde se muestra la historia de Luis II. Está prohibido tomar fotografías en el interior del castillo.
EL NOMBRE. Neuschwanstein se traduce como Nueva Piedra del Cisne. Este animal es un símbolo con fuerte presencia en el castillo, pues formaba parte del escudo de armas de los Condes de Schwangau, de quienes Luis II se consideraba sucesor. Sin embargo, el palacio recibió tal nombre después de que el monarca murió.
SIN TRONO. La Sala del Trono se diseñó como una iglesia bizantina, ya que Luis II pensaba en la figura del rey como un mediador entre Dios y el mundo. En el lugar del altar habría un trono, pero nunca fue construido.
LA RÉPLICA DEL CASTILLO. En el parque Legoland de Alemania, en la ciudad de Gunzburgo, se construyó una réplica en miniatura del castillo. Lo construyeron seis personas utilizando 300 mil piezas de Lego y tardaron seis meses en acabarlo. Incluso se imitó el interior del palacio; tanto, que si se asoma el visitante puede ver la Sala del Trono.
TECNOLOGÍA DE PUNTA. Aunque su construcción es de estilo medieval, el castillo fue equipado con tecnología avanzada para su época. Las habitaciones contaban con calefacción, los baños tenían inodoro automatizado, había agua corriente por todo el edificio y se instalaron timbres eléctricos para llamar a la servidumbre.
¿INSPIRÓ A DISNEY? Se dice que el Neuschwanstein fue una inspiración para crear el castillo de la Bella Durmiente, el cual se encuentra en Disney, California. Walt Disney y su esposa visitaron el palacio de Luis II antes de la apertura del parque temático, de acuerdo con el diario británico The Sun.
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