El estilo de Estudiantes enfureció a Ariel Holan: «Pegan patadas, patadas y patadas»
El estilo de Estudiantes enfureció a Ariel Holan: "Pegan patadas, patadas y patadas"
Estudiantes no siempre gana. De hecho, tiene cuatro puntos en la Superliga y quedó eliminado de la Copa Libertadores. Sin embargo, tiene una virtud: consigue que sus adversarios jueguen incómodos. Le pasó a Boca, al Gremio y a Independiente . El Pincha corre, duplica marcas y mete; sus jugadores, si hace falta, se tiran al piso. Y lo hacen con vehemencia. Es la matriz del Pincha de Leandro Benítez que, con muchos pibes y sin nombres rutilantes, encuentra en el despliegue una forma de reducir a sus rivales. Con esa fórmula, en el último mes, Estudiantes minimizó al campeón de América, al bicampeón argentino y, también, al campeón de la Sudamericana.
El modo del Pincha, ayer, no pasó desapercibido. Ariel Holan , entrenador del Rojo, estalló de bronca en pleno encuentro. La acusación fue clara: "pegan patadas, patadas y patadas". Luego, más calmo, explicó: "En el fútbol sudamericano se juega muy fuerte. Venimos de jugar partidos intensos y no es tan fácil jugar copa y campeonato al mismo tiempo".
Lo cierto es que su equipo no la pasó bien en la cancha de Quilmes y la falta de comodidad se transformó en nerviosismo. Independiente tardó 45 minutos en adaptarse al escenario que le plantó Estudiantes: lleno de obstáculos. Obstáculos que se multiplicaban. Obstáculos que, en algunas ocasiones, cortaron con faltas.
El Pincha no reniega de su matriz. Al contrario. "Queremos un equipo intenso, que no dé ninguna pelota por perdida", le cuenta al mundo su director técnico Leandro Benítez, quien también se despachó con quejas. "Entiendo que tienen que tomar decisiones en un segundo, pero estaba dos metros adelantado", afirmó sobre los jueces y en clara referencia al descuento de Braian Romero, en evidente offside. Se vio desde la cancha, lo pidió Mariano Andújar, y no lo observaron el asistente ni el árbitro Ariel Penel.
No fue el único error de la terna. Un rato más tarde Francisco Apaolaza convirtió de cabeza y el otro juez de línea anuló -equivocadamente- la conquista por una supuesta posición adelantada. Fue una juaga muy fina, sí, pero el atacante estaba habilitado.
Hubo empate, reparto de puntos y una coincidencia: del estadio Centenario nadie se fue conforme.